Para entendernos tenemos que definir primero a quién nos referimos cuando decimos Inversores Institucionales. Los Inversores Institucionales son aquellos que mueven grandes cantidades de dinero o la mayor parte del dinero de mercado. Debido a esto podríamos decir que tienen una mayor influencia en el precio de los activos (digitales o tradicionales) que el resto de los inversores. Normalmente son fondos de inversión, bancos o empresas dedicadas a la gestión de patrimonios. Es decir, entidades dedicadas profesionalmente a la inversión. Por ello su comportamiento generalmente es diferente a de los inversores minoristas. Hay que tener en cuenta que se dedican de manera profesional al mundo de las inversiones por lo que tienen más recursos para anticipar posibles comportamientos. La experiencia nos dice que sus movimientos casi siempre se han anticipado al de los inversores minoristas.
Su participación en el mercado de activos digitales de momento es escasa. Poco a poco los inversores institucionales están entrando en el mercado de activos digitales pero todavía les queda camino por recorrer. El proceso completo es difícil porque los activos digitales todavía no están regulados en la mayoría de los países y este tipo de inversores, más profesionales, necesita un marco regulatorio estable. De cualquier forma hay instrumentos que favorecen la inmersión de los inversores institucionales como son los productos derivados de los activos digitales (contratos de futuros, opciones,…). De hecho existen numerosos fondos de inversión (o cryptofunds) con activos digitales en cartera. Incluso una de las mayores empresas de gestión tradicional como es Fidelity está preparando un negocio de custodia de activos digitales. Los inversores institucionales solo están esperando en la línea de salida el pistoletazo…
En el momento en el que los inversores institucionales entren a formar parte del mercado de activos digitales veremos efectos directos en el resto de inversores. El aumento de volumen provocará un significativo aumento de la demanda de este tipo de activos por lo tanto aumentará la presión compradora. Esto tendrá un efecto directo en la subida de precios de los activos digitales. Otro efecto positivo es que el sector se profesionalizará con equipos de personas dedicados a su estudio y predicción. Lo que dotará de una mayor confianza a la industria y un mejor desarrollo. Su entrada en el mercado llevará los volúmenes de negociación y la capitalización a nuevos máximos. Además, mejorará su liquidez, lo que derivará en una menor volatilidad de los activos digitales.